2. GENERALIDADES SOBRE LA OBTENCION DE NECTARES DE FRUTAS.
La elaboración de néctares se realiza por la          mezcla de jugo o pulpa de fruta con un jarabe de un  edulcorante como la sacarosa.
Como se vio antes a los néctares se les pueden          agregar sustancias estabilizantes que mantienen su apariencia;          antioxidantes que previenen cambios en el color, aroma y sabor;          ácidos para ajustar el equilibrio azúcar-ácido y conservantes          para inhibir el crecimiento de los microorganismos que hubieran          podido sobrevivir a los tratamientos térmicos.
Las pulpas que se pueden emplear en la  elaboración          de los néctares son las provenientes de frutas recién procesadas           o pulpas conservadas por diferentes técnicas solas o combinadas.
Las técnicas solas básicas más comunes son:
1. Congeladas
2. Pasterizadas
3. Refrigeradas
4. Aditivos
5. Edulcoradas
6. Concentradas y
7. Deshidratadas
Las posibles técnicas de conservación  combinadas          aplicables a las pulpas son:
(los números corresponden a las 7 técnicas  básicas          de la lista anterior)
1-2, 1-4, 1-5, 1-6, 1-4-5, 1-2-4, 1-2-4-5;
2-3, 2-4, 2-5, 2-6, 2-7, 2-3-4-5, 2-4-5;
3-4, 3-5, 3-6, 3-4-5, 3-4-6;
4-5, 4-6, 4-7;
5-6, 5-7;
Lo recomendable es emplear pulpas de frutas          recién procesadas o las que posean el menor tiempo de  almacenamiento,          ya que sus características sensoriales y nutricionales  disminuyen          lenta pero continuamente. 
Además de las pulpas y edulcorantes, los  néctares          poseen agua que también debe reunir ciertas condiciones.
El agua empleada debe ser potable, es decir que           su composición química como microbiológica no afecte la calidad          del néctar ni la salud del consumidor. 
Los otros ingredientes que permiten ajustar sus           características sensoriales, fisicoquímicas y estabilidad al  deterioro          deben ser de grado alimenticio y ser agregadas en las cantidades           adecuadas a lo expresado en la resolución correspondiente.
Los tipos de néctares que se pueden hallar en          el mercado son muy variados. Por una parte se pueden hallar de          tantos sabores como frutas existen. Además en épocas recientes          existe la tendencia a preparar néctares mezclados con dos o más          pulpas o jugos de frutas. 
Las razones de elaborar estas mezclas es la  variedad          de sabores que aportan a la ya amplia lista de néctares de  frutas          tropicales y subtropicales. De otra parte esta en auge el  consumo          de alimentos con alto contenido de nutrientes naturales y las          frutas son una buena fuente de vitaminas, minerales, sales y  ácidos          orgánicos, enzimas, aminoácidos, pigmentos, pocas grasas y agua.
En el amplio grupo de frutas las hay con todo          tipo de características sensoriales. Muy ácidas como el  maracuyá,          la mora, los cítricos, el tamarindo, el lulo y la uchuva.
En el otro extremo existen frutas de baja  acidez          como la papaya, banano, mango, melón, guayaba etc.
Algunos criterios para preparar estas mezclas          son los de combinar frutas ácidas con frutas de baja acidez; o          se busca mezclar frutas que posean color parecido y otros           compuestos que aportan al sabor y aroma similares o por lo menos           que de su mezcla no resulte un color, aroma o sabor  desagradables.
Hace unos años se volvió común encontrar en los           mercados americanos néctares formulados con mezcla de dos           o más frutas, en donde se resaltaba el alto aporte nutricional          en vitaminas y minerales de un grupo de frutas en un solo  producto.
Entre las mezclas más frecuentes se hallan las          de maracuyá-papaya, maracuyá-mango, naranja-mango,  naranja-zanahoria          y otras menos comunes que comienzan a salir al mercado. 
Algo interesante es que a partir de ciertas  mezclas          se generan ciertos sabores que permiten adivinar las frutas que          lo componen o en otros casos se originan productos de aromas y          sabores de frutas nuevos que no hacen parte de la mezcla. 
Las operaciones básicas para la  elaboración          de néctares se pueden ordenar en tres etapas: La primera  de preparación de materias primas según un tipo de néctar que          se vaya a elaborar. Esta preparación consiste no solo en  disponer          de las pulpas, edulcorantes, agua y otros eventuales  ingredientes          por agregar, sino también en conocer sus características  particulares          como las sensoriales, su concentración, acidez, etc.
La segunda es el planteamiento de la  formulación          de ingredientes que deben responder a las condiciones del néctar           planeado. Aquí es donde la concentración y demás características           de estos ingredientes debe tenerse en cuenta. 
Lograda la formulación mediante los cálculos          apropiados se procede a la mezcla cuantitativa de ingredientes          en condiciones adecuadas de higiene y funcionalidad. Esto  permite          eficiencia y ahorro de esfuerzos con alta calidad del producto          en proceso.
Posteriormente se le aplica al néctar una  técnica          de conservación acorde con la disponibilidad de equipos y  tecnología.
Finalmente se puede identificar la calidad  mediante          una evaluación que resultará de los cuidados tenidos de  principio          a fin en cada una de las operaciones del proceso de obtención          del néctar.
El ajuste de la formulación es una de las  actividades          de mayor cuidado y que se facilita a medida que se gana  experiencia          durante su frecuente práctica. Cada empresa puede tener su  metodología          para calcular y ajustar las formulaciones, aquí se presenta una          con la explicación de algunos ejemplos. 
 

